Voluntariado en los Santuarios

Emocionante resumen de Lucía, nuestra voluntaria más joven que ha pasado 3 semanas en el programa de Conservación de Elefantes, Guepardos y monos:

A veces da rabia no ser capaz de describir un momento, el no poder compartirlo por el mero hecho de que no existen palabras suficientes para describir su grandeza; pero, al mismo tiempo, supongo que eso lo hace un poquito más tuyo. Supongo que el no poder contar un momento inscribe tu nombre en él y lo guarda para siempre en tu corazón, de otro modo se perdería en el vacío lleno de todas las cosas no dichas ni contadas. Me gustaría tener el vocabulario suficiente en cualquier idioma para contaros lo que es el hecho de pasar veintiún días en un país repleto de lo que más feliz me hace en este mundo; animales.

Sudáfrica es la belleza en sí misma, en su máxima. Sudáfrica ha compartido conmigo su gente, su alegre e inolvidable gente, su felicidad en cada esquina; Sudáfrica me ha enseñado lo más bonito de este mundo, sus animales y el respeto y amor por ellos, me ha enseñado a valorarlos más si cabe, a amarlos más si fuera posible. Creo que ni National Geographic, ni Roberto Caputo, ni George D. Lepp ni ninguna otra celebridad en el retrato de la vida silvestre ha sido capaz de captar la magia de ver a una leona rebozarse por la arena, de captar la belleza en las rayas de una cebra con su cría, la grandeza de una jirafa o la preciosa coraza de un rinoceronte. Quién es capaz de imprimir en un papel la preciosidad de ver a un grupo de impalas, jabalíes y monos a los pies de una familia de elefantes. Nadie puede porque ni siquiera el ojo humano está preparado para ello.

Palabras para la gente que he conocido allí me sobran, pero por desgracia tampoco son las más apropiadas. Quién me iba a decir que tres semanas daban para tanto. Quién me iba a decir que en veintiún días un mono bipolar podría hacerme vivir uno de los momentos más graciosos de toda mi vida. "Bonny at three o'clock", "sleep with your eyes open, Bonny is among us", "location, location", "Bonny is my best enemy"... Dios, todavía soy incapaz de parar de reír. No sé cómo voy a hablar ahora en español sin nuestro acento de mono loco asesino.

Trabajar todos juntos para ayudar a los animales, para ayudar a hacer de los santuarios que los cuidan lugares mejores. Gracias a ellos he aprendido que no importa dónde estés ni qué estás haciendo si estás con las personas indicadas. Podría haber estado veintiún días en el lugar más horrible del mundo, que con ellos, simplemente, hubiera sido único.

Gracias por hacerme sentir parte de una comunidad de niños necesitados de cariño, amor y diversión. Por sentir que al menos una de sus sinceras sonrisas es parte de mí y me acompañará allá donde vaya. Por enseñarme a apreciar hasta el más ínfimo detalle y por enseñarme a amar con el corazón.

Llegar cada miércoles y cada viernes y que ellos estén ahí, esperando con sus mejores sonrisas. Por un rato todos nos olvidamos de quiénes somos y de dónde venimos, porque por un momento todos somos una familia.

Siempre llevaré conmigo vuestras risas y cada uno de vuestros gestos. Gracias por compartir conmigo una experiencia inigualable e increíble, por dejarme ser parte de vosotros.

Creo que a pesar de que los animales son lo más importante en mi vida, esta ha sido mi parte favorita del proyecto. Nunca había visto unas sonrisas más agradecidas y, en realidad, soy yo la que debería dar las gracias.

Solo puedo agradecer a este país tan increíble por haberme acompañado en mi sueño. Soy incapaz de describir lo que sentí al acariciar a esos guepardos, al verlos correr… No existen para mí palabras que relaten lo repleto que tengo el corazón de esos animales. Gracias, África, una y mil veces más.

Por supuesto, GRACIAS a la mejor familia que pueda existir. Mamá, papá, Héctor, sois el primer impulso de todos mis sueños. Sin vosotros esto no se hubiera hecho realidad.